Introducción Artrosis de Cadera
La cadera (articulación entre la pelvis y el hueso del muslo) puede sufrir artritis, que consiste en el desgaste progresivo de la articulación y que ocurre con el paso de los años. La articulación de la cadera está recubierta por una capa delgada de cartílago articular (cojín entre ambos huesos) que le permite a las superficies de la articulación deslizarse entre ellas con facilidad y sin n dolor. En ocasiones el cartílago puede desgastarse y hasta desaparecer, produciendo dolor. La causa más frecuente de este fenómeno es la “osteoartritis”. Los síntomas iniciales son leves y pueden consistir en una molestia a nivel de la ingle, zona glútea o muslo, acompañada de rigidez que se presenta típicamente a primeras horas de la mañana. Este dolor empeora con las actividades y se alivia con el reposo.
Debido a la progresión natural d ela enfermedad, si no se trata el dolor puede ser inacapacitante. El dolor severo se acompaña de limitación de la movilidad e inflamación. En las radiografías puede observarse la aparición de espolones óseos (osteofitos) en los márgenes de la articulación. Cuando el cartílago desaperece completamente se produce un frote entre ambos huesos de la cadera que provoca intenso dolor con el movimiento. Para evitar el dolor, el paciente reduce sus movimientos, lo que genera debilitación progresiva de la musculatura y la consiguiente cojera.
La artritis de cadera aparece con una mayor frecuencia en personas de edad avanzada, obesas o aquellas que han tenido una lesión previa del cartílago que acelera el desgaste. Personas con enfermedades reumáticas están predispuestas a sufrir artritis de cadera. Además existe cierta predisposición familiar, pero puede desarrollarse en personas sin factores de riesgo.
Opciones de tratamiento:
A pesar de que los efectos de la artritis no pueden ser revertidos, un tratamiento no quirúrigico precoza puede aliviar parte del dolor y la discapacidad.
- Evite la sobrecarga de la cadera. No realice actividades de impacto como correr o saltar.
- Realice ejercicios suaves como nadar, gimnasia acuática, caminata en terrenos planos, o montar en bicicleta. Estos ejercicios pueden mantener la función de la cadera, mejorar la fuerza y el rango de movilidad.
- Utilice antiinflamatorios no esteroideos (aspirina, naproxeno, ibuprofeno, etc) para aliviar el dolor (excepto si su uso está contraindicado por alergia, historia de intolerancia, gastritis, reflujo o si usa anticoagulantes como cumarina or warfarina)
- Los pacientes obesos deben perder peso
- Puede ser necesaria la utilización de un bastón para caminar mas confortablemente.
La cirugía puede ayudar en los estadios avanzados de la enfermedad cuando el tratamiento no quirúrgico falla y el dolor compromete la calidad de vida del paciente. La cirugía más frecuente es el implante de una prótesis total de cadera que consiste en dos piezas: una con forma de “copa” fija a su pelvis; y otra con forma de “cabeza”, fija al hueso del muslo. El objetivo de la cirugía es el alivio del dolor y la mejoría de la capacidad para caminar. Inicialmente el paciente necesitaría la utilización de muletas o un andador. La rehabilitación es importante para recuperar la movilidad de la cadera y el tono muscular.
Dr. Aamer Malik Khan - Cirugía Ortopédica y Traumatología - Fellowship en Cirugía Protésica y Reconstructiva del Adulto (EE.UU)